Hubo épocas en las que los relojes no existieron y el tiempo era mucha más flexible y maleable, más humano. No sabían lo que dura una hora , lo que dura un minuto y lo que dura un segundo…y tú tampoco lo sabes, no te vayas a creer, que si te quitan el reloj y te piden calcular un minuto a ojo te vas a llevar una sorpresa.! Pero ellos, sin tiempo calculado científicamente, estaban tan panchos! La vida, así, a golpe de campanario e imaginando las horas a ojo, transcurría normalmente y sin demasiados baches más allá de los que la época llevaba consigo a base de guerras, hambrunas, pestilencias y poco más.
Es decir, que vivían con relojes blandos por todas partes, relojes que se estiraban, se encogían, chorreaban por el borde de la mesa y acababan colándose por algún hueco del entarimado sin ningún tipo de problema! Y mira, igual aquí hay algo que aprender en estos tiempos de inflexibles relojes de adamantium!!
De esto quiere hablarte Emi, de la medida del tiempo, que se ha empollado el tema (o eso cree ella) y te lo va a contar superbien…bueno, no estoy segura, que ella porque es capaz de meter en un solo video contenido sobre la pasión de Cristo, los romanos, la gente que sabía del Japón y cómo funcionaba el reloj de su padre!!!