Sin darnos cuenta a las personas que conocemos las solemos poner en distintas categorías que sólo existen en nuestro cerebro: los que nos atienden, los que son peligrosos, los que cumplen una función específica y mínima en nuestra vida, los que son posibles objetivos amorosos, los que son solo para echar unas risas, los que son confiables…y así hasta el infinito.
Pero de vez en cuando una de estas personas salta por su cuenta de una categoría a otra y nos sorprende: la persona que nos vende el pan y que un día sonríe y se convierte en la luz del mundo, el amigo confiable que nos da la puñalada por la espalda y pasa a la categoría de traidor despreciable, la niña que se cae en el parque y nos convierte a nosotros en el adulto comprensivo que no sabíamos que éramos…y, a veces, muy pocas veces, alguien salta de una categoría menor a la de objetivo amoroso de golpe, y se convierte en una revelación.
Puede ser porque esa persona de repente te atienda en un momento de debilidad y te desvele que puede ser alguien atenta y cariñosa. Puede ser porque se levanta la manga para coger algo pesado y descubres un pasmoso brazo musculoso, puede ser porque tu amiga se enamora de esa persona y de repente descubres todas su cualidades a través de ojos ajenos…
Y para esta sorpresa, esta revelación repentina, Lope escribió un soneto maravilloso, un soneto que te destripo en el video para que, si alguna vez te cae la ficha y descubres al amor de tu vida en alguien que conocías de siempre, vayas más allá de ponerte a babear y puedas hablar de esta sensación con altura y glamour.
¡Que lo disfrutes!