Don Mendo se considera burlado cuando sabe que su novia, Magdalena, va a casarse con Don Pero. Cuando es encarcelado por el padre de su amada y Magdalena pide su muerte para medrar en la corte con un casamiento ventajoso, Don Mendo jura vengarse y escapa de prisión con ayuda de su amigo Moncada. ¿Conseguirá consumar su venganza?

Dos actores para un montaje de 36 personajes, un delirio sobre el delirio, un reto actoral que aumenta la risa: no solo virtuosismo sino el placer de hacer reír con un imposible. Porque es imposible hacer Don Mendo con solo dos actores, ¿o no?

¿Es posible hacer la obra con solo dos actores? Comencemos con un supuesto error con respecto a la hora de comienzo, de modo que estos dos actores se encuentren con una sala llena de público sin su escenografía habitual, sin sus compañeros, solo con la utilería y parte del vestuario. No están todos los que son, pero hay público y el espectáculo debe comenzar.

Tenemos así un componente heroico: la intención de realizar esta comedia de más de 30 personajes con solo dos actores que, además, no están preparados para eso sino que no tienen más remedio que hacerlo porque en la sala hay gente que espera ver algo. Esto provoca un enorme grado de complicidad con el espectador que desde el principio sabe que los actores no tenían previsto hacer todos los personajes de la obra y que se verán abocados por las circunstancias a un trabajo vertiginoso, donde el ritmo es esencial y los cambios de vestuario, de voz y gesto, casi mágicos por su velocidad.

FICHA ARTÍSTICA

Actores: Emma Lobo y Manu Hernández

Canción: Irene Maciá

Regidora: Magda Labarga

Fotografía: Jose Manuel Alcázar

Iluminación: Pedro Luque Bermejo

Video: Realiza2

Diseño de vestuario y espacio escénico: Manuel Maciá

Producción ejecutiva: Alicia López Castejón

Producción: Emma López y Manu Hernández

Dirección: Magda Labarga.