Los viajes en coche a lugares lejanos, conduzcas o no, a menudo se vuelven hipnóticos, te ayudan a perderte por los entresijos de tu pensamiento, a dejarte llevar por los verdes, dorados o marrones de los paisajes, a despegarte un poquito de ti misma y bajar revoluciones.
Y si por donde viajas es por una carreterita de montaña, rodeada de árboles centenarios en medio de la noche, mejor!!!
Por eso hoy para descansar tu mente, para darte cinco minutos de calma, para reconcetarte o, si lo prefires, como antesala al sueño, te propongo un fragmento de Kafka en la orilla, de Haruki Murakami.
¡Que lo disfrutes!