Si alguna vez en mi vida hubiera podido ser campeona de algo seguro que me habrían dado el premio a la más miedosa de la historia. Cuando era pequeña todo me daba miedo: la oscuridad, los armarios, la cortina de la bañera, el larguísimo pasillo de mi casa, los monstruos, los muertos, los asesinos ( todos ellos viviendo de alquiler en mi habitación, según me parecía)…
Por eso ahora, de mayor, NUNCA cuento cuentos de miedo, pero sí los cuentos donde los personajes se enfrentan al miedo y lo vencen…y todo lo que a mí me ocurría de pequeña, cuando pasaba tanto, tanto miedo.