Corría el año 2012 o por ahí, que soy malísima con las fechas, no como mi suegra, que parecía que estaba conectada a un superordenador y recordaba toooodas las fechas de toooodos los eventos, nacimientos, muertes, bodas, etc de toooooda la familia.
La cuestión es que mi amiga Cristina Maciá y yo queríamos hacer algo juntas, pero estábamos en plena resaca de la crisis y se le ocurrió montar un cabaret utilizando cortinas, sillas, vestuarios y demás que tuviera en su maravilloso e inabarcable almacén.
¡Teníamos tan poco presupuesto que, si os fijáis, notareis que la música es una sola persona, Angel Alfonsea, haciendo todos los instrumentos con la boca!
¡¡Era un cabaret bajo mínimos, pero en el que tanto el público como nosotras lo pasábamos muy bien!!